
Desnudo Rojo
El sol de invierno de los suelos ya no se levantará,
las amapolas en el mármol juegan con la voz del mar.
Y yo me río, yo me río.
El viento pasa como el hierro que cruza mi yugular,
me besa y dice "tú has sido el que ha querido volar".
Y yo me he caído, me he caído.
Los árbol-vientrees dan su fruto al caminar.
Bajo las sogas los hombres se pudrirán
Y no poderme bajar, espiral,
espiral, de azúcar, canela y sal.
Espiral, espiral, vuestra aguja es un puñal,
y con él degolláis, degolláis,
no creeréis que iré a olvidar. A olvidar.
Recorro el charco que hay de sangre, entre cabeza y corazón.
Bebo el cáliz de la muerte que un tal Cristo rellenó,
de semen podrido, mal nacido.
Hoy cagaré cristal,
y rociaré con sal los huecos que un arpón en mis ojos dejó.
Me encerráis, me encerráis, me encerráis,
y os puedo ver oradar en mi piel.
Me enterráis, me enterráis en goteros otra vez,
pero yo soy un pez.
Y yo que quise volar ahora lloro en un rincón,
esperando el final, a que acabe esta función,
y volar, y gritar, y llorar...
¡qué me estáis haciendo!