Mataron a mi morena
Mataron a mi morena
en una calleja oscura
tras una esquina desierta.
Enfermos de vino y noche,
mojados por fiebre espesa
mataron a mi morena.
Una mano rabiosa
le abrió dos ríos
para que se vaciaran
sus pechos míos.
Una mano rabiosa
le abrió dos ríos.
Le abrió dos ríos, ay sí,
con daga fina
y se volvió morena
la honda neblina.
No escuchaste mi ruego,
moreno fuego.
Writer/s: Patricio Manns