Postal infantil


Era una mujer tan chiquita,
tan chiquita, tan chiquita,
que para mirar sus huellas
había que acudir corriendo,
corriendo, corriendo,
a buscar una lupa.

Era un hombre tan grande,
tan grande, tan grande,
que para mirar su rostro
había que acudir subiendo,
subiendo, subiendo,
a la montaña más alta.

Era un niño tan niño,
tan niño, tan niño,
que una mañana jugando
halló en el fondo del patio
a la mujer chiquitita
y fue a llevarla al gigante,
que estaba en ese momento
frotando nubes oscuras
para crear la tormenta terrible.

Nadie vio de qué manera
aquel niño los casó.
Sólo sabemos que el hecho
normalizó el universo.

Advertencia:
No decir nada al niño:
él ignora la proeza
que acaba de realizar.
Si se entera, su infancia estallará
en montones de razones,
ecuaciones y porqués,
y dejará de ser ese niño
tan niño, tan niño, tan niño...


Writer/s: Augusto Blanca