Oro y gris
Del hondo abril
En que llegaste.
Tal vez lo eterno fue de nuestro amor
El llanto aquel
Que derramaste.
Divina criatura musical...
Asombro fiel de tu mirada angelical.
Y tu melena como un cálido trigal
Iba encendiendo sin querer
A mi sereno atardecer
Que iluminaste.
Qué breve fue la flor
De tu ansiedad y tu temor,
En nuestro amor
Pequeña mía, sentimental,
Ardiente rosa de mi rosal:
Estoy poblado de tu ausencia
Y este dolor me hace feliz.
La calle es niebla y cerrazón
Y, mientras digo mi canción,
Lloviendo está mi corazón,
En oro y gris...