La lluviosa
de cantar y cantar
se me hace zamba en la noche
con el vino de la soledad;
se me hace zamba, y entonces
comienzo a pensarte, lluviosa y fugaz.
En la eterna memoria de mi alma
andarás y andarás
como el rumor de la acequia,
temblorosa de luna y cristal;
como el rumor de la acequia,
muchacha, tu nombre me besa y se va.
Muchas veces me pongo a pensar
en tu rostro de luna y azahar.
Ilusión, ¿dónde estás?
Mi guitarra te quiere encontrar
para entregarte rendida
la zamba florida que voy a inventar.
Sobre un dulce y añoso recuerdo
volverás, volverás
hacia el paisaje y el trino
de un verano coplero y frutal;
hacia el paisaje y el trino,
cantando conmigo la copla final.
Tanta ausencia lluviosa me duele,
soledad, soledad,
llanto del sauce abatido
sobre el agua que pasa y se va;
llanto del sauce abatido,
tu risa y tu lluvia, por dónde andarán.
Writer/s: Óscar Valles