Vecino, aprende a volar


Se asoma a la puerta al atardecer
con el mismo traje oscuro que ayer,
y hace tantos años le ha visto usar,
desde el 6 de enero hasta Navidad.

Sienta su tristeza bajo el zaguán;
es un hombre solo y solo en San Juan
se le ve feliz, como un aprendiz
ensaya su risa desnuda y gris.

Pobre vecino, ¿cuántos caminos
vieron tus ojos pasar?
¿Cuántas fogatas de amor y de encendido calor
se te apagaron ya?
Vamos palomo, aprende a volar.
Ahora ya no puedes, pero podrás.


Es que yo también quiero deshacer
esta soledad que aprendí a querer.
Esta compañera que pa’ llorar
se hamaca en el humo y me hace cantar.

Sé que es un lagarto la oscuridad,
cuando el cielorraso comienza a hablar.
Y pasa la vida en tecnicolor,
esa que tuvimos tú y yo.


Writer/s: Víctor Heredia