La Rosa Y El Viento


En Granada había una rosa más bonita que ninguna,
la blancura de las fuentes envidiaba su hermosura.
De noche cuando la Alhambra iba vistiendo de luna
bajaba el viento a Granada sólo pa ver su hermosura.
La rosa se distraía
Mirando los surtidores,
mientras el viento gemía
de amor en los miradores.
Ay, mi rosa de la Alhambra,
rosa de la morería,
haré lo que tú me mandes
con tal de que seas mía.
Manda repicar campanas
Que yo las repicaré,
manda que se seque el Darro
y no volverá a correr.
Pero por amor de Dios,
pero por amor de Dios,
no mandes que no te quiera
porque eso no puedo yo.

Pasó la reina una tarde a la vera de la rosa,
si la rosa era de nieve, la reina era más hermosa
y cortándola del tallo con manos de terciopelo
con un alfiler de plata se la prendió sobre el pelo.
y por la noche en la Alhambra cuando la rosa moría,
el viento en los arrayanes muerto de dolor decía.
Ay, mi rosa de la Alhambra,
rosa de la morería,
haré lo que tú me mandes
con tal de que seas mía.
Manda repicar campanas
Que yo las repicaré,
manda que se seque el Darro
y no volverá a correr.
Pero por amor de Dios,
pero por amor de Dios,
no mandes que no te quiera
porque eso no puedo yo,
no mandes que no te quiera
porque eso no puedo yo,