Sin Titulo


Ningún hilo conduce a la revolución.

Sólo la torpe melodía de los astros
con su danza perfecta, milimétrica
y vacía, nos recuerda que el mundo
tiene gestos que el hombre desconoce.

No vamos a cambiar nada.
No quiero cambiar nada.

En este reposo descansan las ciudades.
Apenas una ficción de movimiento,
el giro sutil que nos anuda al tiempo,
nuestros ciclos previstos.

Mañana serán ceniza los muslos que hoy amamos,
el cielo se desprenderá en bengalas.

Llueve revolución.