Dura Condena


Dura condena, cuarenta años y aún más.
Casi perpétua, obligando a los demás
a vivir según tu idea
convertida en un siniestro ideal.

Gruesa cadena colgada del cuello
de todo aquel que contigo disienta.
Dura condena, larga cuarentena
aquí otro nos hizo la misma faena.
Pues nos quiso salvar
sin dejarnos aire apenas para respirar.
Y nos puso cara al sol
sin aceite protector y sin bronceador.
Y de una grave insolación nos salvó
la sombrilla de la transición.

La revolución es una canción,
si dura demasiado se vuelve marcha fúnebre
pudo ser alegre como la de los claveles
pero tú te dormiste en los laureles.

Con desesperación por escapar de ti
la gente se echa al mar.
Ser pasto de los tiburones es mejor
que ser comido por el gran caimán…día a día.

La revolución es una canción,
si dura demasiado se vuelve marcha fúnebre
pudo ser alegre como la de los claveles
pero tú te dormiste en los laureles.

Eres la otra cara del sultán.

Ser un ídolo del siglo veinte
esa fue tu meta
y que llevase alguna gente
tu cara en la camiseta.
Después de tanto tiempo
has terminado siendo
Bananas de Woody Allen
un líder de opereta.

Deja a tu gente de castrar.

Gran cautivador de toda esa gente
tan intelectual.
Que bien los has tratado, agasajado,
alimentado, engatusado
y el celebro bien lavado
a diestra y siniestra
en tu paraíso sexual tropical.

La revolución es una canción,
si dura demasiado se vuelve marcha fúnebre

Has acumulado todo lo peor de lo viejo
por eso deberías mirarte en el espejo
y poner tus barbas hoy a remojar
pues sabes que cien años
no vas a durar.

Vete ya mi chico
El poder te confunde

Eres la otra cara del sultán

La revolución es una canción,
si dura demasiado se vuelve marcha fúnebre
pudo ser alegre como la de los claveles
pero tú te dormiste en los laureles.