A don José
Don José María,
don José,
¡qué palomilla era usté…!
Mirón de la musaraña,
cunda en la minga.
Mamá dice que hoy te baña
y escapas con tu legaña
y tu catinga.
Perote de la rebusca,
negro perote,
busca que busca
busca y rebusca camote
de la rebusca.
«¡Joséee…!»
«¡Joséeeee…!»
(está en la calle)
José,
José María Lavalle.
De arco: majonchas gualdrapas.
Gol que te tapo,
«caracol» que no me tapas
y un chuzo que se destapa:
pelota ’e trapo.
Soy sanguito de ñajú:
«Alianza Lima».
Soy champú de agrio: la «U».
Frejol colao o champú,
cuello o chalina.
Don José María espera
–palmas de la segundilla
al son de la marinera–,
y Astengo que «ya te tengo»,
y don José que «jé jé…».
Y el «Toro» terminó rengo
con el «ya voy» y el «ya vengo»
de don José.
Don José María,
don José,
¡qué palomilla era usté…!
De blanco y rojo, vestido
con la patria sobre el pecho,
en el Mundial más reñido
fue «La Sombra de Gestido»
y el mejor winger derecho.
Quimba de ocamba,
tomba que tumba
y una macumba en la gamba…
Se fueron Neyra, Kochoy,
Montellanos y «Manguera»;
de aquella gran delantera
solo don José queda hoy.
A la Muerte majadera
le bailó una marinera
como quien dice «No voy…».
«¡Joséee…!»
«¡Joséeeee…!»
(está en la calle)
José,
¡José María Lavalle!
Writer/s: Nicomedes Santa Cruz