Primera, segunda y tercera
pero hay otras de manta o de seda,
sin saberlo al nacer ya venía
de primera, segunda o tercera.
En los pueblos en donde tú vayas,
hay el centro, la orilla y afuera,
ahí te miden también según vales
en primera, segunda y tercera.
No se pueden cortar ciertas flores
de jardines que no son tu tierra,
pues también en cuestiones de amores
hay primera, segunda y tercera.
Sin saber al nacer ya venía
de primera, segunda o tercera,
desde el día en que en la cuna te arropan
hasta el día en que te cubren de tierra.
Pues ahí también hay distinciones,
ni de muerto te escapas si quiera,
dividieron también los panteones
en primera, segunda y tercera.
Writer/s: Humberto Galindo