Rosas y azahar
Flores te traigo, rosas te entrego,
rosas que ven la mañana
prendidas a tu ventana;
y allí queda el alma herida
con el dolor de la ofrenda
que se la sabe perdida
entre el amargo de ausencia.
Y así rogando voy
tu amor, mi extraño amor,
con la ilusión en flor
dentro del corazón.
Y mientras ruego así
engaño mi dolor
al calor del ensueño
con que sueño.
¿Qué más he de entregar?
Todo, todo te di
en una flor de azahar
que se murió al prender flor
mi amor escondido,
mi angustia, mi tristeza,
mi dimensión, mi estrella
y mi silencio herido.
Rogando voy así
tu amor, mi extraño amor,
mientras vive la flor
toma la vida.
Que a un aroma, amor,
amor de flor de olor.
Solo me queda una
rosa para ofrecerte,
ni el azahar, ni el ensueño,
ni la dulce esperanza.
Solo me queda una
rosa para ofrecerte.
Casi no queda nada…
Y es que el azahar
ha muerto.
Writer/s: Chabuca Granda