La melancolía


Tres puntos suspensivos
para negarle a cualquier final
la oportunidad de poder llegar,
de por fin llegar.

Tarde como la vida
o tan temprano como la muerte
quizá te encuentre en alguna esquina,
en algún bar.

Y así serán los días:
se irá y vendrá la melancolía,
se quebrará mi voz al querer nombrar
tus ojos, tu sonrisa,
tu mala entraña, tu hipocresía
y toda mi vida atada a tu caminar.

Tragos que se derraman,
besos amargos, besos ardientes
y el cuerpo que presiente
no poder más.

Noches, canciones, ruinas,
alguna puta de las más finas
que me acompañen siempre a la hora
de despertar.

Y así será mi vida:
me matará la melancolía,
se quebrará mi voz siempre al recordar
tus ojos, tu sonrisa,
tu mala entraña, tu hipocresía
y toda mi vida atada a tu voluntad.