Marchena, Manhattan, Berlín
Carla' se dice que es una canción triste, aunque llena de esperanza y de emoció, nada que ver con los azules de
Hill
Street, y si con las amargas resacas de
Chavela
Vargas.
Durante días entonada por un esqueleto mariachi, postrado en la cama del hospital
Gregorio
Marañón.
Atado de pies y manos, como en su día lo estuvieron otros miles en el estadio nacional de
Santiago.
Marchena,
Manhattan,
Berlin... buscando el acompañamiento que enriqueciera la melodía, una forma esta, como otra cualquiera, de entender la solidaridad que a todos nos hermana con los doce presos muertos por huelga de hambre en cárceles turcas.
Seguros de que una vez tomado
Manhattan,
Berlin no pasaría a ser más que una mera cuestión de tiempo, entonces, casi ninguni sabrí recordar las palabras de
Federico
García
Lorca: 'la verdadera patria es la patria del amor y de la igualdad'.
Tantas veces pronunciadas hoy, como palabras vivas.
Capaces de hacer retroceder de entre todos el muro más obstinado, que es a diario la ignorancia, representada en los puertos de
Albania, como si 'lamerica' fuese capaz de superar cuantos desequilibrios motivan la apariencia... lamerica.
De ahí que antes de que
Leonard
Cohen descubriese que cuarenta y cinco peniques separaban
Managua de centro de
Glasgow, ya 'sevi' había comprendido la trascendencia del verso que hace mención a la belleza de las armas.
Decir eso, y la condena al aburrimiento, fueron una misma cosa en un mismo tiempo.
Una forma esta, como otra cualquiera, de entender una muerte en
Granada o una huelga de hambre en un 'bloque h'.