No estamos solos,
no creamos que somos libres:
nos observan, nos espían,
nos revuelven los cajones,
somos títeres en sus brazos,
y nos restriegan por las narices,
que de todos lo saben todo.
No estamos solos,
que inocente aquél que piense,
que mantiene el anonimato!
Si quisieran, entrarían,
con nocturna alevosía,
por las puertas más secretas
de nuestra intimidad.
No estamos solos:
son etéreos, invisibles,
fiscalizan la ternura
que se esconde en nuestros
sueños, no estamos solos.
No estamos solos,
dependemos de sus caprichos.
Somos pequeños granos de arena,
somos ceros a la izquierda
en manos de los vigilantes.
No estamos solos,
investigan los horarios,
los amores, los honorarios,
los amigos, la ideología.
Presumen de infalibles,
si quisieran nos dirían
de qué mal tenemos que morir.
No estamos solos,
es inútil la aventura,
de escapar de dictaduras,
de las trampas que construyen
desde el ocio controlado.
Somos sólo bases de datos,
somos presuntos inculpados.
No estamos solos:
son titánicos, invencibles,
fiscalizan la belleza
a favor del mundo banal.
No estamos solos.
No estamos solos,
dependemos de sus caprichos.
Exijo y reivindico
mi derecho innegociable
de ser un anónimo ciudadano.
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