Atención, mozos solteros,
lo que les voy a explicar:
no porque tengan dinero
digan «Me quiero casar».
No digan «Voy a gozar
con mi esposa verda’era»,
¡son muy duras las ca’enas,
las que se van a amarrar!
Muy cierto ’s que han de gozar
en los tres meses primeros,
pero, después de su anhelo,
hasta el nombre han de cambiar.
Tendrá que llamarse pan,
se llamará cebollita;
tam’ién se llamará ollita
y habrá de llamarse sal:
¡en to’o esto ha de pensar
el que busca costillita!
Al hombre lo llaman papa,
lo llaman leña y carbón,
lo llaman caja de polvo
y tam’ién pan de jabón.
Lo habrán de llamar cuchara,
cuchilla y tene’or;
lo llaman platos y tazas
y lo llaman cucharón.
Dirán, cuando esto les pase:
«¡Qué caro cuesta el amor!»
Y eso que falta una cosa
que muy pronto l’han de ver,
y es llegar a conocer
el provenir de su esposa, *
que si les sale celosa
por si tiene otra mujer,
no habrá gusto ni placer:
de na’a sirve el dinero.
Por eso, joven soltero,
hay que fijarse muy bien.
* Probablemente quiere decir «porvenir», lo que tendría más sentido, y así lo canta el Conjunto Quelentaro en su versión del disco Carpa de La Reina, EMI-Odeón LDC-36581 (1966).
La cantautora catalana Lia Sampai, originaria de las Terres de l'Ebre, se encuentra en la antesala del lanzamiento de su tercer álbum de estudio Un Delta fràgil, previsto para el 18 de abril y del que acaba de presentar su segundo single.
La trovadora chilena Elizabeth Morris emerge una vez más con su nuevo trabajo, Los ojos del corazón, un álbum que refleja un proceso creativo de introspección y madurez artística.