Entre San Juan y San Peiro

Entre San Juan y San Peiro
hicieron un barco hermoso,
con la cubierta de plata
y los cañones de oro.
San Juan era el capitán,
San Peiro era el marinero,
y el piloto de la nave
era Jesús Nazareno.
De la altura del navido
se cayó el marino al agua,
se le presentó el Demonio
diciéndole estas palabras:
–¿Cuánto me pagas, marino,
si yo te saco del agua?
–Yo te daré mi barquilla
cargada de oro y de plata.
–Yo no quiero tu navido
ni tu oro ni tu plata;
solo quiero, cuando mueras,
a mí me entregues el alma.
–El alma se la entrego a Dios
y el cuerpo al agua salda,
y el corazón que me queda
a la Virgen soberana.