#1
Alejandrino Calvo Sanguino
Colombia
[19/04/2013 15:09]
RATON.
Debajo de un arbolito
cerca de la carretera
dentro de una ratonera
un día nació un ratoncito.
su mamita y su papito,
doña Rata y don Ratón
con mucha dedicación
lo cuidaban noche y día
y el bebecito crecía,
sano, fuerte y júguetón.
Llegó el tiempo de la escuela,
cuadernos y borradores,
lapicítos de colores
y un uniforme de tela.
Tareas, hechas por la abuela
regaños del profesor,
pero entre acierto y error
con talante y con talento,
el ratoncito del cuento
llegará a ser un doctor.
Al comenzar cada día
se amarra bien los zapatos.
para escapar de los gatos
que salen de cacería.
un perro (que es policía)
y patrulla en el sector,
ya le ha dicho que es mejor
que no ande desprevenido,
que debe ser precavido
si quiere un día ser mayor.
Y es que en varias ocasiones
la muerte ha visto cerquita.
como un día de mañanita
que estando de vacaciones,
junto con otros Ratones
al campo iban de paseo,
cuando un Gato grande y feo
armado con escopeta,
con fusil y metralleta
formó un fuerte tiroteo.
De infarto se murió un Grillo
y se oían gritos de miedo
pero el Gato con su dedo,
seguía oprimiendo el gatillo.
nuestro amigo Ratoncillo
pensó, (de esta no me escapo)
cuando de repente un Sapo
bien soplado se metió
y tendido allí quedó,
por querer ganar de guapo.
Celebró el Gato su acierto
y fue a tomar la enorme presa,
pero vaya! que sorpresa,
que dolor, que desconcierto
porque el pobre Sapo muerto
parecía una uva pasa.
a correr se dieron traza
los Ratones del lugar,
en silencio y sin hablar
regresaron a la casa.
Otro día, fue una Serpiente.
que ocultando su apetito,
se dirigió al Ratoncito,
con aire triste y doliente.
hablando pausadamente
con voz trémula le dijo:
soy un pobre Lagartijo
que perdió sus cuatro patas
y vengo a ver si las Ratas,
me dan amparo y cobijo.
Obviamente el Ratoncito,
no sospechaba el engaño.
ni creía recibir daño
de tan tierno animalito.
se acercó poco a poquito,
con su mirada inocente,
pero al descubrir el diente
criminal de la Culebra,
saltó al lomo de una Cebra
que dormía plácidamente.
Molesta y muy sorprendida
al sentir el cosquilleo,
entre trote y corcovéo
la Cebra emprendió la huida.
después vino la caída
del intrépido Ratón
que aunque se metió un raspón,
contra el duro pavimento,
volvió a casa muy contento
dando saltos de emoción.
Una feliz circunstancia.
¡como pocas en la vida!
hizo que en una salida,
(de las tantas de su infancia),
encontrara en cierta Estancia,
a un gracioso Cachorrito.
su pelo, era suavecito
los ojos, eran grandotes
tenía orejas y bigotes,
mejor dicho era un Gatito.
Se miraron fijamente,
el Felino se acercó
y el Ratón lo saludó
con un gesto reverente.
como en casa, no había Gente
que pudiera molestar,
tuvieron tiempo de hablar
hasta que les vino en gana
y seis veces por semana,
volvían al mismo lugar.
Armaban la jugarreta
propia de un Ratón y un Gato,
después de correr un rato
y de sudar la camiseta,
comían pan, comían galleta,
bebían leche en cantidad
el lazo de su amistad
era cada vez más fuerte,
hasta que por fin la muerte
lo rompió por la mitad.
Un día lleno de neblina
que el Sol se quedo dormido,
su amiguito tan querido
se murió de tos felína.
con alas de cartulína
y de blanco terciopelo
en un apacible vuelo
convertida en angélito,
el alma de su amiguito
se fue con Dios para el cielo.
Solo y ya sin el Gatito
el Ratón siguió adelante.
siguió siendo un Estudiante
y así muy poco a poquito,
un Médico ya viejito
lo enseñó a ser Cirujano
a trasplantar una mano,
una pierna, un corazón,
aprendió a la perfección
las técnicas del Anciano.
A su consultorio un día
le trajeron mal herido
un Gato viejo bandido
que ya casi se moría.
el Ratón, lo conocía
cazador, de cazadores
que en épocas anteriores,
le quiso quitar la vida
pero convocó en seguida,
a una junta de Doctores.
Es un deber del Galeno
salvar la vida al paciente.
muy independientemente,
de que este sea malo o bueno.
en el ejercicio pleno
de tan noble Profesión
no cuenta la filiación,
sexo, creencia ni raza
la ética sobre pasa
toda discriminación.
A sala de cirugía
lo trasladó de inmediato
pero el corazón del Gato
ya ni siquiera latía.
la sangre ya no fluía,
faltaba respiración
para más complicación
había un trauma cerebral,
todo se veía muy mal
en aquella operación.
Había que hacer un trasplante
y entre más pronto mejor,
pero el problema mayor
era encontrar un donante.
se presentó un Elefante,
un Caballo y un León,
pero hecha la evaluación
no se podía con ninguno,
pues para un pecho gatuno
era mucho corazón.
Cuando ya todo indicaba
que se iba a morir el Gato,
de pronto apareció un Pato
qué triste gemía y lloraba
y dijo que él le donaba
el corazón de su esposa,
una Pata muy hermosa
que acababa de morir
y más demoró en decir
que efectuarse la cosa.
Después de ocho días y un rato
de cuidados intensivos,
en el mundo de los vivos
se volvió a contar el Gato
y abrazado con el Pato
abandonó el Hospital
dejó de ser criminal
y de matar Ratoncitos
y hoy cuida cinco Patitos
con cariño maternal.
Una Ratita enfermera
asistente del doctor,
sufrió un ataque de amor
una mañana cualquiera
y vaya ¡quien lo creyera!
uno pensaría que no,
mas como nadie inventó
contra el amor la vacuna,
sin resistencia ninguna
el Doctor se contagió.
Y para poder curar
tan dulce padecimiento,
solo existía un tratamiento
que ambos debían aplicar.
fue así como en el altar
de una bella Catedral
sonó la Marcha Nupcial
y gracias a san Ratonio,
finalizó en Matrimonio
aquel amor sin igual.
Todo es paz y armonía
viven tiempos muy bonitos
ya tienen dos ratoncitos
y esperan más todavía.
deseándoles muy buen día
aquí me despido yo,
si hubo alguien que no entendió
debe oír con más cuidado
y colorín clorado
este cuento se acabó.