Décimas (16): Por suerte, la inteligencia
Por suerte, la inteligencia
a mi mama l’acompaña,
haciendo mil musarañas
con la costura, su ciencia;
son finas sus reverencias
si llega la Pascualita,
recibe la costurita
y luego, cuando la entrega,
un matecito le ceba
mientras guarde una varita.
Bonito el trozo de seda,
me alcanza pa’ la Violeta;
ligera como un cometa
lo cose para la prueba;
la blusa, qué bien me queda,
yo pienso, par’ el domingo,
pa’ chijetear con un gringo
también pica’o ’e viruela,
y el lunes allá en la escuela
pa’ rabiar con los boñichos.
Hoy día tocó el retazo,
mañana le toca al otro.
Así nos cubre a nosotros,
recortando paso a paso,
así abrigó nuestros brazos,
cosiendo, siempre cosiendo,
en su cajón escondiendo
risueña de la ocasión;
vestido multicolor,
te tengo en mi pensamiento.
Y no era cosa tan fácil
seguir con estos milagros.
Pa’ proteger nueve cabros
exige de ser muy ágil,
velando hasta en lo más frágil.
Mi mama, qué gran orgullo,
si aprovechaba hast’ el yuyo
con muy claro entendimiento,
y en los actuales momentos
sabroso hace el cochayuyo.
Hoy día anda en los setenta,
demuestra cincuenta y uno.
Sus canas no es mal ninguno,
más bien, yo digo, le asientan.
¡Cómo va a estar de contenta
cuando le entregue mis versos
de cogollito al reverso,
de lágrimas y sonrisas!
¡Viva mi mama Clarisa,
más linda qu’el universo!