Décimas (35): Aquí anda la Cruz de Mayo (o Festín de luz y de plata)
Festín de luz y de plata
la noche del dos de mayo,
petardos, gritos y rayos,
inolvidables fogatas.
Navego como fragata
gritando la Cruz de Mayo,
con porotito y zapallo
saltando las luminarias.
Era la fiesta incendiaria,
más linda que un papagallo.
La Cruz de Mayo vestida
con flores de manantiales,
collar de rojos corales
y antorchas bien encendidas.
El canto de recorrida
s’entona de puerta en puerta;
la gente qu’está despierta
recibe la procesión
contentos y en reunión,
van todas quedando abiertas.
«Aquí anda la Santa Cruz
cantándole a sus devotos,
pidiendo un traguito ’e mosto
y una velita de luz.
La Virgen les dé virtud
por la limosna bendita,
y en cambio sea maldita
la que no acude a su encuentro,
no tenga merecimiento,
¡castígala, Crucecita!»
Las doce ya las tocaron,
ya vuelve la comitiva
al punto de la partida
donde la Cruz ha empezado.
Los cirios se han apagado,
los fuegos se han consumido,
se ve muy solo el camino,
se asoma ya el día tres,
y a la camita después
durmiendo en un torbellino.
M’he levantado temprano
pa’ imaginarme la fiesta,
pero pasaron carretas
que todo lo maltrataron.
En las cenizas quedaron
las cintas de las dos ruedas;
las bestias dejan las huellas
de sus pezuñas plomizas.
Con una pena precisa
no gusto de ir a la escuela.