Décimas (37): Con una vela encendida (o Pa’ hacer aquel acarreo)
Pa’ hacer aquel acarreo,
pedimos la carretilla
a don Andrés Bobadilla,
prestándola con deseos.
Su corazón de poleo
conduélese d’esta gente,
la trae responsalmente
rabiando de la herejía
que ostenta la perra vida
con estos pobres vivientes.
Limita aquel caserón
con otro muy chiquitito,
que no dentró en los malditos
papeles del comprador.
Llenaron el interior
las camas atracaditas,
el resto de las cositas
bajo el cielo estrellado.
Con un dolor condensado
contengo mis lagrimitas.
P’atrás y peor cada día
con estas tristes mudanzas,
buscamos una mudanza,
preciosa Virgen María.
Cantamos las letanías,
las salves y los rosarios
como inocentes canarios
rodeando el viejo brasero,
debajo de un candelero
que reina sobre’l armario.
Mi mama sigue cosiendo
con esta máquina vieja
que traquetea y se queja
con su motor cachuriento.
El candelero sebiento
quemando tiene el cuartucho,
y en el brasero no es mucho
rescoldo el que allí bloquea.
L’aguja repiquetea
como tecla’o ’e serrucho.
Con el chonchón encendido
detrás de la maquinita
le alumbro yo a mi mamita
la ropa que ella ha cosido.
El sueño me ha entristecido,
principan los cabeceos;
mi mama me da recreo,
se me ha quemado un mechón,
desparramando un olor
que me provoca un mareo.
Me amarga la situación,
¡cómo cambiarla pudiera!
Pensando en la primavera
quizás la encuentre mejor.
Al ritmo de una canción
voy ordenando la pieza;
me cruzan por la cabeza
como palomas los sueños.
Mi voluntad jura empeño
de arrear con esta pobreza.