Décimas (44): La víspera de San Juan (o Aprendo a bailar la cueca)
Aprendo a bailar la cueca,
tejo meñaque a bolillo,
descuero ran’ a cuchillo
ya le doy vuelta a la rueca.
Con una gallina clueca
saco mi linda «parvá’»,
y en la callana caldiá’
dorado dejo el triguito
y amarillo el motecito:
naide me gan’ a pelar.
El día de San Francisco
nos vamos para el trigal;
habremos de celebrar
la linda cruz de los trigos.
Le dice: «Yo te bendigo
con este vino sagrado,
y has de cuidar el sembrado
con tus valiosos poderes;
y vengan los parabienes
a lo divino y lo humano».
La víspera de San Juan,
preciosos están los caballos
que salen como unos rayos,
el Santo hay que corretear.
Ventana que tiene altar
tiene su Juan más adentro,
entonces viene el encuentro,
las décimas, los traguitos,
y parten los caballitos
corriendo qu’es un portento.
Contenta paso los días,
mas en la noche serena
suspiro con mucha pena
por mi lejano taitita.
Es una dura espinita,
se lo confieso a los grillos
y a todos los pajarillos
que anidan en los aromos,
y a mis queridos palomos
tan puros y comprensivos.
Desfile de lunas blancas
cruzaron el firmamento,
toditas con un portento
de candelillas al anca.
Estoy pensando en las trancas
con mis razones sencillas;
me aflige la maravilla
del cielo en noche plomiza,
con todos sus parabrisas
bordados con mostacillas.