El lazarillo

Alguien cantaba una baguala
bajo la luna en Capayán,
y las estrellas se rompían
en lucecitas de cristal.

Entre los cerros iba el viento,
como un fantasma, y el nogal
dejaba que lo acariciara
su mano dulce y maternal.

Alguien soñó que yo soñaba,
y el sueño nos soñó a los dos.
El que me sueña está cantando
esto que estoy cantando yo.

Soy lazarillo de ese sueño
que solo tiene una verdad:
la muerte es un pájaro ciego
que no aprendió nunca a volar.

Yo debo haber estado vivo
como el cantor de Capayán,
pero me dio por ser olvido,
tinaja y barro en soledad.

Alguien cantaba una baguala
bajo la luna en Capayán.
Alguien cantaba una baguala
bajo la luna en Capayán.