Lo he olvidado todo de las campañas
de Austerlitz y de Waterloo,
de Italia, Prusia y las Españas,
de Vallfogona y del Perú.
Pero nunca en la vida nadie olvidará
a la primera muchacha que logró abrazar,
a la primera extranjera
a quien tratamos de tu...
¿Puedes recordar, corazón,
lo mucho que la amábamos?
Ya fuera chica fina o despojo de la calle,
ya fuera una virgen o un putón,
te acuerdas de ella… No se puede olvidar,
la primera muchacha que abrazaste.
Se fueron a hacer puñetas
mis recuerdos de Raquel
y tengo goteras en la memoria
por lo que respecta a María e Isabel.
Pero nunca en la vida nadie olvidará
a la primera muchacha que logró abrazar,
hicimos el mejor negocio,
recuérdalo, corazón:
cambiamos la virtud
por una flor que se abría.
Ya fuera con gran pompa, como la gente de bien,
ya fuera como los perros, en medio de la calle,
te acuerdas de ella… No se puede olvidar,
la primera muchacha que abrazaste.
Tú que me bautizaste un día
con las aguas del séptimo cielo,
te llevo siempre conmigo, conmigo caminas,
último regalo de Papá Noel.
Porque nunca en la vida nadie olvidará
a la primera muchacha que logró abrazar,
Ya puedes fingir coraje,
pero cuando se desnudó,
¿recuerdas, corazón,
lo fuerte que latías?
Claro que muchas otras vinieron después,
pero, de entre todas las que has conocido.
será la última que olvidarás,
la primera muchacha que abrazaste.
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