Qué mala costumbre,
la de colocar
todo tu capital
en negocios que nunca
han sido rentables
ni juiciosos.
Y sin embargo, aunque arruinado,
me dices
que lo mismo te da,
que antes de disecar
un bello sueño, más vale
invertir por diversión
a fondo perdido.
Plantar el rosal que florecerá
cuando ya estés lejos de aquí,
y poner proa a la quimera
donde nunca ondea ninguna bandera.
Como el gascón de Edmond Rostand,
creer que no existe gesto más grande
que el que se sabe totalmente inútil.
No ves belleza más allá de la fútil y absurda costumbre,
que tienes de colocar
todo tu capital
en negocios que nunca
han sido rentables
ni juiciosos.
Y sin embargo, aunque arruinado,
me dices
que lo mismo te da,
que antes de disecar
un bello sueño, más vale
invertir por diversión
a fondo perdido.
Interpretar un allegro assai
por los ojos crueles de aquella que jamás
te concederá una cita
en la cama que medio país visita.
Darle amor y no esperar
más que un respingo de su parte, pero velar
desde la calle su sueño plácido
No aprobaré tácitamente con mi silencio esta costumbre,
que tienes de colocar
todo tu capital
en negocios que nunca
han sido rentables
ni juiciosos.
Y sin embargo, aunque arruinado,
me dices
que lo mismo te da,
que antes de disecar
un bello sueño, más vale
invertir por diversión
a fondo perdido.
Y tutear a todos los locos,
a todos los rebeldes muertos y enterrados,
a los que te encuentras cara a cara
y a los muchos que aún tienen que nacer.
Y, despreciando bienes y provecho,
negarte a mover ni un dedo
si se trata de marcar las cartas.
Estás perdido si no te apartas de la mala costumbre,
que tienes de colocar
todo tu capital
en negocios que nunca
han sido rentables
ni juiciosos.
Y sin embargo, aunque arruinado,
me dices
que lo mismo te da,
que antes de disecar
un bello sueño, más vale
invertir por diversión
a fondo perdido.
El músico argentino Milo J lanza La vida era más corta, un álbum doble donde se cruzan el folklore argentino y los sonidos urbanos contemporáneos, en una obra que reúne a varias generaciones y cuenta con colaboraciones destacadas como las de Mercedes Sosa y Silvio Rodríguez.
Miguel Poveda hizo suyo el Gran Teatre del Liceu de Barcelona —uno de los grandes Teatros de la Ópera del mundo— en su concierto Distinto del 15 de Octubre, en el marco de la edición de 2025 del "Festival Jazz Barcelona".