Me entrego a la razón

Espantando sentimientos
que se agitan con pasión,
lanzo mi canción al viento
y me entrego a la razón.
Esquivando sensaciones
que me abrazan como ayer,
las despido con canciones
por si pretenden volver.

Hoy la vida me acompaña,
hoy la muerte ya murió;
y por si hábil me engaña,
la destierro de mi voz.

Me acompañan las mañanas
de aquel sueño en libertad,
y una guitarra hermana
hoy me vuelve a hacer cantar.

Y mientras Madrid despierta
y dormita la pasión,
queda la noche desierta,
ya se distingue el color.
Malditos sean los sueños
que me obligan a soñar,
maldito sea el sueño eterno
que no tiene despertar.

Hoy la vida me acompaña,
hoy la muerte ya murió;
y por si hábil me engaña,
la destierro de mi voz.

Las ideas nunca mueren,
la poesía es libertad,
y las sombras que se esperen,
ya que el día va a llegar.