Siempre fue un loro cabrón iba al hombro de un pirata
sanguinario y muy atroz pilotando la nave
mas temida de ultramar saqueando sin piedad.
Yo sobreviví porque era un tipo fuerte
y así es como conseguí escaparme de la muerte
me enrolé en su embarcación de corsario del montón.
Cada noche el pirata y el loro
se encerraban junto a varias doncellas
mezclaban risas, besos y miles de botellas
cómo disfrutaba el capitán ordenando a la fea
que sumisa complaciera a su loro cabrón.
Lo, lo, lo, lo, lo, lo, lo, loro cabrón!!!
Aburrido de atracar puertos y corazones
de repente el capitán se tomó unas vacaciones
y a una dama conoció pero se enamoró.
Empezó a no beber y su pata de palo
nunca volvimos a ver se puso una ortopédica
y un ojo de cristal hasta dejó de fumar.
Un buen día en un puerto le dijo mira loro
vete, tu ya eres libre me lo venderé todo
me quedo en tierra firme se acabó esta vida para mi.
Tú búscate una lora pajarraca y muy señora
adiós loro cabrón.
El loro tardó un tiempo en reaccionar cuando por fin
echó a volar poniendo rumbo hacia la casa
donde vivía el capitán.
Como un salvaje asesinó a la pareja en el colchón
y con la sangre aún en su pico volvió a bordo.
Se posó en mi hombro y comprendimos
con asombro que el jefe ahora soy yo.
La vida es dura cerca del agua
cuando persigues a un atunero
no existen normas aquí en Somalia
solo la ley de los bucaneros.
Navego rumbo hacia los problemas,
marcando el ritmo con mi mala pata.
Si tienes agua dulce en las venas
lo siento tu sangre no es de pirata.
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