Supongo que esta canción no suena a primavera,
que más que componerla descompongo
pedazos de verdad.
Me huelo que dentro de un segundo voy pa'l suelo.
A oscuras me parece un buen momento
para reconocer que la foto de mi alma es trucada.
Soy un mago que no tiene baraja.
Fuiste conejo en mi sombrero
y ya no se sigues dentro, aunque supongo
que debes de seguir siendo tan guapa.
el negro favorece tu cara
y hoy llueve en la ciudad.
Merezco que huyas cada vez que te sorprendo.
Regalo un cielo y luego cobro un precio.
¿Y cuál es la verdad?
Pues que, de tanto buscarme, me he perdido,
nunca quise arrastrarte conmigo,
pero tú te empeñaste y ahora ¿Cómo explicarte?
Que a menudo me despierto borracho en los portales
y aunque no sé ni mi nombre, sé que quiero abrazarte.
Te olvido, pero en el fondo te recuerdo y me digo
¿Qué hay de falso en lo que muestro,
de cierto en lo que escondo?”
Yo nací para echar piedras y romper el tejado
que protege tu futuro, porqué pasé el pasado
soñando algo a lo que te pareces.
Si ahora mi reino se desvanece, me opongo.
¿Te tengo? ¿Me comprendes?
¿Te quiero o simplemente lo supongo?
Supongo que a veces estoy triste cuando lloro,
pero hay cosas que se tienen que hacer solo.
No vuelvas a llamar.
Y es que sé que ya no quiero echar cemento
a mis errores sino al miedo.
Dame la mano y quizás
seré capaz de volar
contigo rumbo a un cielo de soñadores,
sólo espero que acepten fumadores.
Ten el valor de no soltarme,
incluso cuando te cante…
Víctor Jara canta Somos cinco mil, el poema que escribió durante su detención en el Estadio que ahora lleva su nombre, horas antes de su asesinato; todo esto gracias a una inteligencia artificial que ha intentado captar la esencia de su voz y de su obra.
Con motivo del 50 aniversario del golpe de estado fascista en Chile, Inti-Illimani acaba de presentar El país que soñamos, un registro audiovisual con cuatro canciones compuestas en los años setenta y revisitadas en los sitios de memoria del Estadio Nacional.