Tú eres la tristeza de mis ojos
que lloran en silencio por tu amor;
me miro en el espejo y veo en mi rostro,
el tiempo que he sufrido por tu adiós.
Obligo a que te olvide el pensamiento,
pues siempre estoy pensando en el ayer;
prefiero estar dormido que despierto,
de tanto que me duele que no estés.
¡Cómo quisiera, ay, que tú vivieras,
que tus ojitos jamás se hubieran
cerrado nunca y estar mirándolos!
Amor eterno e inolvidable,
tarde o temprano estaré contigo
para seguir amándonos.
Yo he sufrido mucho por tu ausencia,
desde ese día hasta hoy, no soy feliz;
y aunque tengo tranquila mi conciencia,
Sé que pude haber yo hecho más por ti.
Oscura soledad estoy viviendo yo,
la misma soledad de tu sepulcro:
Tú eres el amor, del cual yo tengo
el más triste recuerdo de Acapulco.
Amor eterno, eterno.
Ojos, que han ya derramado
tantas lágrimas por penas de dolor,
de amor, de tantas despedidas y de esperas.
Soledad, eso es todo lo que tengo ahora
y tus recuerdos que hacen más triste
la angustia de vivir pensando como siempre en ti.
Ojos, que te vieron tanto
y que no han vuelto a verte hasta el sol de hoy,
tristes, de tanto extrañarte
y de tanto esperarte desde aquel adiós.
Amor eterno, eterno amor.
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