¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí la sed o hasta aquí el agua?
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el aire, hasta aquí el fuego?
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el amor o hasta aquí el odio?
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el hombre o hasta aquí no?
Solo la esperanza tiene las rodillas nítidas.
Sangran.
(Juan Gelman)
Yo que nada sé cuando me acerco al niño que fui
más claro voy o la intuición, o alguna vez
ya tuve todo o quizás me imaginé
desde el balcón más simple que es la sencillez.
Como balcón al fin un día se desplomó
y ya no sé si tuve tantas ganas de crecer
ya somos mayoría los fuera de ecuación
y no quedó el dibujo de papá, mamá y nené.
Bendita la palmada que oportuna me tocó
para domar al torpe que nació dentro de mí
la vieja con su llanto, cuando el mío se apagó.
Y ven, ayúdame a no romper juramentos
presa de la resaca de los enamoramientos
la libertad no trae escrita
qué hacer con los remordimientos.
Según la tradición por instantes, ser feliz
alguien tiene que pagar como un círculo sin fin.
Más allá de la intención clava o sufre la canallada
rompe el dedo de la razón pa que se suene la nariz
la paz de tu alma.
No hablaré de más si me aborrezco
luego se me pasará, ya lo aprendí,
debo tatuarme algún aviso en esta piel:
"el amor eterno es tan real… hasta que acaba".
Ven ayúdame inoculando en mis venas
hazme saber que tú puedes pagar la misma moneda
y téjeme una red de miedos
entre confianzas pasajeras.
Según la tradición por instantes, ser feliz
alguien tiene que pagar como un círculo sin fin.
Y no es nada personal son las leyes de la jugada
contragolpes y el amor que te grita en una esquina.
Sube la guardia.
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