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"Dedicado a Don Diego de los Santos y Doña Concha Parejo, de quien ellos saben, para que lo disfruten con salud en compañía de sus hijos y demás familia"
Yo no maldigo la suerte
ni el castigo de quererte,
que es un cariño de muerte
que a vivir me condenó,
que yo tengo una cadena
que sale del corazón
y acaba metía en la tierra.
Peineta, bata de cola,
manojito de claveles
escaparse nadie puede
cuando dices: aquí estoy yo.
Que así la buenaventura
en la mano me leyó:
"Lo tuyo no tiene cura".
Por más que quiera esconderme
en Oriente o en Occidente
ya sea en blanco, ya sea en verde
siempre acabo en tu crespón.
Por más que quiera esconderme
yo sé que me voy a topar
con tu carita de frente.
Granada yo la quiero para perderme
y a Sevilla la quiero para beberme
los ojos, las entrañas de Andalucía
y que se lleve el aire las penas mías.
Son como golondrinas que van y vienen
volando por el río Guadalquivir
y cantan por la mañana:
¡Tengo la menta! ¡La mejorana!
Y pa las niñas bonitas
la margarita que dice ¡sí!
Tú eres bomba, yo soy fuego
tú eres viento, yo soy lumbre
de esa que los hierros funde
y en la boca es una flor
que nace como una fuente
que a quien le da de beber
buscando el amor se pierde.
De to lo que hemos pasao
yo na lo doy por perdío.
Bueno y malo va conmigo ca vez que sube el telón.
Soledad del escenario donde
quiera que yo esté
tiembla tu nombre en mis labios.
Víctor Jara canta Somos cinco mil, el poema que escribió durante su detención en el Estadio que ahora lleva su nombre, horas antes de su asesinato; todo esto gracias a una inteligencia artificial que ha intentado captar la esencia de su voz y de su obra.
La semana pasada se celebró en la amable ciudad portuguesa de Setúbal el mercado de música iberoamericana EXIB, un evento que se ha destacado tradicionalmente por su poder para crear conexiones, amistades y oportunidades de negocio.