Sin dudar

Al final de las palabras,
traspasando la deidad,
sofocando las miradas,
escapando de mi edad.

Liberando encrucijadas
de unos versos sin piedad,
desmontando marejadas
rotas hoy en tu mitad.

Te busqué, al llegar,
no sabía si tú estabas,
regresé sin avisar.

Levanté, sin dudar,
las trincheras de tu cama,
los secretos de tu mar.

Denostado por las bestias
que intentaba rescatar,
como atávico heredero
de un errático final.

Hice marcas en el aire,
puse tiempo en el portal,
donde pude refugiarme
cuando quise caminar.

Entre las fronteras,
como enredaderas
de mi muerte, de tu lucha,
de mis sueños y de tu ansiedad.

Entre enredaderas,
como las fronteras
de mi espacio, de tu cuerpo,
de mis miedos y de tu verdad.