Que mi sangre se sancoche
en el ron de la jarana,
y que me sirvan más noche
en mi copa de mañana.
¡Negra…! ¡Grupa de repisa!
¡Cinturita de cuchara!
En la noche de tu cara
hay media luna de risa.
Esta noche tienes prisa
por provocar algún boche:
me miras como en reproche,
con todo el cuerpo me miras,
y deseas –cuando giras– que mi sangre se sancoche.
Vas a salir con tu gusto
y sea lo que Dios quiera,
porque en esta marinera
contra tu pecho me ajusto.
¡A ver si me mata el susto
o tu carne palangana!
¡Y a ver si me da la gana
de probarle a tu chivillo
que yo templé mi cuchillo en el ron de la jarana…!
La lengua del lamparín
lamió sus labios de vidrio,
tras un estertor de iridio
calló, bostezando hollín…
Luz neón de un cafetín
fue el alba de mi derroche:
–¡Mozo, toma y busca un broche
donde colgar mi tristeza,
y luego limpia esta mesa y que me sirvan más noche…!
¡Negra, grupa de repisa,
cinturita de cuchara…!
La hazaña me costó cara,
tu gente pega y no avisa.
Me han abierto en la camisa
un ojal de color grana…
¡Sigue, negra palangana,
que esta noche voy de nuevo,
y me matan o te bebo en mi copa de mañana!
Versión de Cumanana.
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