Qué bueno, qué bueno
Te quiero,
aunque ahora no viene a cuento,
aunque no te lo demuestro.
Te quiero.
Te quiero,
aunque parezca que me olvide,
aunque creas que no es cierto,
eso es lo que siento.
Me gusta
pensar que me gustas,
saber que te quiero.
Qué bueno, qué bueno.
Me gusta
ser el dueño de tus celos,
despertarme y darme cuenta
de lo mucho que te quiero.
Quererte,
quererte no es bastante,
quererte es no entenderte,
que te siga queriendo.
Quererte,
quererte es acordarme,
quererte es merecerte,
más de lo que te merezco.
Me gusta,
pensar que me gustas,
saber que te quiero.
Qué bueno, qué bueno
Me gusta,
ser el dueño de tus celos,
despertarme y darme cuenta,
de lo mucho que te quiero.
Te tengo, te pierdo.
Te agarro, te suelto.
Te vas y te espero.
Te busco, te encuentro.
Te acercas, me alejo.
Te escucho, te cuento.
Te compro, te vendo.
Te odio, te quiero.
Te dejas, me dejo.
Me besas, te muerdo.
Te lamo, te huelo.
Qué bueno, qué bueno.
Te pido, te ofrezco.
Te amo, te miento.
Te abrazo, te aprieto.
Me duermo, te sueño.
Qué bueno, qué bueno.
Te quiero, yo te quiero.
Lo que más echo de menos
es que no te quiera más.
Más, mucho más
de lo mucho que te quiero.
Te echo de menos. A veces de más.
Tu retrato en la pared.
Una cartita en el correo ¿Cartita de quién?
Para decirte que te quiero.
Qué bueno, qué bueno.