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Pregón del Carnaval de Cádiz 2013


(OFF con la voz del Capitán Drexler)

Cuaderno de bitácora:
Tras un largo y fatigoso viaje transatlántico de varias semanas de búsqueda insaciable, la nave llega arrastrada como si de un enorme imán se tratase, por la fuerza de algo indescriptible, algo que tira de nosotros y nos maneja a su antojo, como si fuéramos apenas un tapón de corcho que gira en la espiral de un gigantesco embudo y que nada puede hacer para salir del remolino en el que se encuentra inmerso. La tripulación, responde con maestría a las maniobras que yo como capitán de la nave voy ordenando para intentar salir airosos de la situación en que nos encontramos. Aunque todos nuestros esfuerzos resultan inútiles porque la nave cede a la fuerza que nos arrastra. Perdemos completamente el control y caemos.

Timonel: Le informó Capitán Drexler que incluya en su pasaporte 36 o32"N y 6o17"W. A pesar de que sus huestes agotamos los intentos, de nada sirvió el esfuerzo y caímos en picado a este lugar endiablado de arte y talento cubierto. He usado el Saleroscopio, última tecnología, para hallar la poesía en los sitios más remotos: se pone en marcha un piloto que analiza en el ambiente los niveles pertinentes de arte compás y salero... y no hay en el mundo entero más arte y compás que en este.

Capitán Drexler: Timonel de mis entrañas, diga, ¿dónde hemos caído? ¿Un paraíso perdido? ¿Quizás una tierra extraña? ¿O su GPS engaña, y andábamos dando tumbos por la otra punta del mundo? ¿O puede ser que la suerte o el levante o el poniente nos hayan cambiado el rumbo?

Timonel: Todo de mar rodeado es una isla sin serlo, salga, capitán, a verlo que este universo salado por el sol iluminado la fascinación desata porque es como una fragata, entre romana y fenicia, una joya, una delicia, es la Tacita de Plata.

Tripulación: ¡Cádiz! ¡Cádiz! ¡Por fin!

Capitán: ¿No será Cádiz de Ohio como la vez anterior?

Timonel: No, esto es Cádiz, Cádiz. Lo dice mi detector y el olor del pescaíto que llega del freidor.

Capitán Drexler: Pero que me parta un rayo, permitan que me presente: yo soy el capitán Drexler, un versonauta uruguayo, que a base de error y ensayo va viajando por el cielo llevado por el anhelo de encontrar la raíz profunda, el origen de la murga que cantó mi bisabuelo. Y en tantos meses de vuelo, como ven, vienen conmigo mi tripulación de amigos, versonautas compañeros, inagotables viajeros que sin pacto ni contrato compartimos mesa y plato, hombres con alma de niño y como el roce hace el cariño, ya nos vemos hasta guapos.

Canción 1: Los versonautas

Somos los versonautas,
vamos sedientos de melodías
por el espacio exterior
con nuestro detector de poesía.

Cruzando tiempo y espacio
los navegantes de la bohemia
saben que a quien busca belleza en Cádiz,
Cádiz lo premia.

Venimos desde muy lejos
sorteando crisis y temporales
con tanta buena fortuna,
caímos justo en carnavales.

Después de tantas semanas
este es nuestro primer puerto,
dennos la bienvenida,
póngannos una guirnalda,
mantengan sus brazos bien abiertos.
Pero no nos den la espalda.

(Entra un agente del orden y corta con el silbato la música)

Agente del orden:
Buenas noches, caballero
si es de usted este aparato
gentilmente le sugiero
que lo quite de inmediato.

¡No está majara este tío!
¡Hay que ver dónde me aparca!
Y pa colmo se ha creío
que esto es carga y descarga.

Capitán Drexler:
Yo vengo desde Uruguay
y acabo de aterrizar

Agente del orden:
Lo siento pero esto es Cái
y aquí ¡Hay que pagar
Aunque ustedes no se alarmen
que ahora llamo yo al sargento
y me dice por mi madre
dónde se aparca este tiesto.

San Antonio a Jefatura, San Antonio a Jefatura:
Me estorba un pepino grande
que no me cabe aquí abajo
¿lo mando detrás del parque
o lo mando pal… Loreto?

Capitán Drexler:
No he bebido mi sargento
y no estoy de cachondeo,
yo solamente le cuento
lo que ahora mismo veo.
Unos notas disfrazaos
con unas pintas horribles
que en lo alto del tablao
han plantao un dirigible.

No entiendo la situación,
yo no sé a qué viene esto...
me llaman para el Pregón,
pero se ve que molesto.

Agente del orden:
Ah ya, que viene a dar el pregón. Vale, vale,
entendido, mi sargento.
Permaneceré en mi puesto
y si se ponen violentos solicitaré refuerzos.

No me han puesto sobre aviso
porque era una sorpresa
pero cuenta con permiso
de la señora alcaldesa.
¡Este es el pregonero!
¡El "famoso" Jorge Drexler!
¿No hay aquí chirigoteros?
¿Qué es lo que ha sacao éste?
Un Óscar ganó el chaval
por sus dotes musicales
¡pero nunca ganará
el de efectos especiales!
El apellido parece
que es la marca de un taladro:
"Niño, tráeme la Drexler,
que voy a colgar dos cuadros"

Capitán Drexler:
Si no procede una multa
puede irse a otra misión,
que ahora ya, si me disculpa,
quiero empezar mi pregón.

Agente del orden:
Voy a sentarme en mi sitio
pero estaré vigilando
y acabando el pregoncito
os estáis guasnajando.

La alcaldesa mandará
allí en San Juan de Dios,
pero aquí en San Antonio
¡el alcalde soy yo!
(Se sienta y empieza el Pregón)

Capitán Drexler:
Cádiz, mítica sirena,
con medio cuerpo en el mar
por fin pudimos llegar
a tus preciadas arenas
en donde antiguas monedas
de hace cien generaciones
duermen junto a mil canciones
que cantaron tus delicias
de bailarina fenicia,
diestra en robar corazones.

Oí tanto hablar de ti,
que cuando llegué a tus puertas
no supe yo, a ciencia cierta
si aquí llegué, o si volví.
Quiero que guardes de mí
el cariño más sincero,
Cádiz, que me llames, quiero,
por el nombre que me otorgues;
Jorge, Gorgue, Gorge, Horgue,
mejor aún: Pregonero.

Permitan que aquí pregone
por décimas espinelas
un verso que creó escuela
y que incendió corazones....
Van y vienen las canciones,
los versos y las especias,
los recuerdos, las amnesias,
los acentos, van y vienen.
Las fronteras no retienen
la historia y su peripecia.

Esta décima espinela
(por cierto, invento andaluz)
que cruzó como la cruz,
el idioma o la viruela
fue y vino en barcos a vela
a vapor, luego en avión
y hoy vive en el corazón
de todas las tradiciones
resucitada en canciones,
y hoy de noche hasta en pregón.

Agente del orden:
Esa décima espinela
no se oye por aquí.
La décima que aquí suena
es la del Real Madrid.
¡Sí, sí, sí, la décima Champions League.
Hala Madrid, hala Madrid!

Capitán Drexler:
Yo le pido por favor
que no me interrumpa usted.
Cuando quiera su opinión
ya se la preguntaré.

Agente del orden:
Perdón por mi atrevimiento.
Ya no le molesto más,
a partir de este momento,
yo, la boquita cerrá.

Capitán Drexler:
Como la espinela, digo,
que fue y vino por el mar,
que sin querer fue a llevar
el verso andaluz consigo.
Así fue (yo soy testigo
de lo que ahora les cuento)
otro fabuloso invento
de estas tierras andaluzas
inspirado por las musas
buscando nuevos acentos.

Hace más de una centuria
un grupo de gaditanos
cruzaron el "océano"
y entre arcadas y tertulias,
hartos de pasar penurias,
deseando cosechar fama
vieron tierra una mañana
y entre gritos y jaleo
atracó en Montevideo
el grupo La Gaditana.
Este grupo de zarzuela
resultó ser afamado,
largamente laureado
por tan bellísima escuela,
pero les dejó secuela
el derroche y la jarana
y quedó La Gaditana,
al verse con mar por medio,
sin suegra y sin ministerio,
más seco que una mojama.
Y se vieron allí solos,
en tierras del Uruguay,
sin poder volver a Cái
porque lo gastaron todo
y había que idear un modo
de volver a la Tacita,
pues la vuelta, gratuita,
no era, como se sabe,
y cantando carnavales
ganaron unas perritas.

Tanto calaron las letras
y las músicas gaditas
que quedó la otra tacita,
Montevideo, repleta
de cantantes y poetas
y por fin una mañana
más viejos y con más canas
de las que habían traído,
dejando amores y amigos,
regresó la Gaditana.

Así, como les contaba,
que estos versos circularon,
que trajeron y llevaron
sus sílabas en octava,
así esa comparsa que andaba
dando un lejano rodeo
vino a oficiar de correo
y de Cádiz fue a llevar
(quien lo iba a imaginar!):
la murga a Montevideo.

(Arranca el Trío de Murga)
Canción 2 - A la primera moneda en el sombrero de la gaditana

Corría el año de 1908,
según cuenta la leyenda y yo lo creo,
y una compañía de zarzuela de Cádiz
quedaba anclada en Montevideo.

Muy gaditanamente
formaron la murga, cómo no, La Gaditana
pensando juntar unos pesos
para el barco el regreso
desde tierras tan lejanas.
Y a la primera moneda que
cayó en aquel sombrero
aquella cálida noche de febrero
yo quiero dedicarle esta canción
lo que compró era un latido
sin el cual que hubiera sido
de nuestro corazón.

Capitán Drexler:
Pero Cádiz, siendo puerto,
lo sabes mejor que nadie:
un género que no cambie
ya se puede dar por muerto.
Tú, que de brazos abiertos
recibiste un manantial
de culturas, un caudal
que no se ajusta a una horma,
sabes: todo se transforma,
sobre todo, el carnaval.

Y sin que a nadie le asombre,
como un eco que retumba,
se nos candombeó la rumba
y se fue rumbo al candombe.
Que tengan el mismo nombre
de Comparsa, no es en vano,
porque mezclar es humano
y así, pasó el pasodoble
a incorporar el redoble
de aquel tambor africano.

Canción 3 El tamborero


Escuchen tocar al tamborero,
luna llena de cuero es la lonja de su tambor.
Escuchen tocar al tamborero,
luna llena de cuero es la lonja de su tambor.
El padre del padre del tamborero
le está contando a su nieto
la historia de aquel tambor.
Como le contó a su padre su abuelo,
que dicen le había contado a él su hermano mayor.
La historia que es larga y a veces es triste,
resiste si se descarga en cada generación.
La historia que no se cuenta en palabras
tampoco voy a contarla yo en esta canción.

Para eso escuchen tocar al tamborero
luna llena de cuero es la lonja de su tambor
Escuchen tocar al tamborero
luna llena de cuero es la lonja de su tambor.

La historia que un día el tamborero
tocando el tambor le cuenta también
a su hijo mayor
La historia en vez de unos y ceros
se cuenta en madera y cuero tensado por el calor.
Y así va pasando de boca en boca
de mano en mano que toca
de corazón en corazón
Historia que suena es la del candombe
y si se preguntan dónde está viva la tradición:
Escuchen tocar al tamborero
luna llena de cuero es la lonja de su tambor
Escuchen tocar al tamborero
luna llena de cuero es la lonja de su tambor

Canción 4 - Baile del candombe

Cuando yo siento un tambor,
yo no sé lo que me pasa,
la sangre se me alborota
y el santo me quiere dar,
en el medio del solar
hay un tremendo barullo,
suenan los cueros,
suenan los parches,
y a la negra Tomasa
el santo le da
baile del candombe. Baile del candombe.
Baile del candombe. Baile del candombe.

Agente Gómez:
¿Y cómo teniendo allí
este ritmo y esta marcha
te pueden gustar a ti
los coros y las comparsas?
Lo vuestro es majestuoso
y lo nuestro es más sencillo:
se canta con caja y bombo
y si no, con los nudillos.

(Estribillo de Los Tacaños - 1971):

A mí me gusta el dinero
metido en un sobrecito
por eso todos me dicen
¡Caramba con Marianito!

Capitán Drexler:
Pero lo cierto es que ustedes
tienen en su poder algo
que aunque uno intenta, no puede
en pocas letras nombrarlo.
Tienen el don del remate,
de la gracia, la ironía,
de cambiar un pasodoble
sobre la marcha, en el día.
De dar en una cuarteta
como quien suelta un suspiro,
una sentencia completa
que cambia al último giro.
Y yo como Versonauta,
mire, me saco el sombrero
y lo llamo por su nombre,
digo, dos puntos: Salero.

Y como prueba de esto,
junto conmigo, le pido
que demos la bienvenida
a los siempre bienvenidos.

Canción 5 - Letra de la Comparsa de Bienvenido

Tocándose el higo ha salido Olvido Hormigos
en un vídeo que anda por la red social,
más no hay que alarmarse porque tocarse sus partes
es lo que hace normalmente un concejal,
ay, pobrecita Olvido, que lástima de ella,
se ha quedado sin amigos y se ha quedado sin huellas.
Dicen que por lo visto el que se atrevió a colgarlo
fue el mismo que colgó el pasodoble de Juan Carlos,
si se ponen de moda entre alcaldía y concejales
los vídeos sexuales metiéndose y sacándose lo que fuera,
y veo que Teófila lo hiciera y ya por meterse, y ya si pudiera,
podría meterse en el mismo higo
las dos rotondas que ha puesto nuevas.
666 Apunta el número del demonio,
666 Que compro almas de gaditanos,
666 Porqué en las almas de la tacita
viven las locuras más bonitas y los más lindos pecados
y cuando me llevo alguna m vuelvo malo, malo, malo, malo, malo.

Grey, Grey, Grey, 50 sombras de Grey,
¿Qué tendrá ese Grey que no tenga yo?
Como es muy guapote, muy vicioso y muy machote,
pues me deja a la altura de un mojón.
Mi parienta lo lee y se pone muy traviesa,
no se quiere acostar ni le duele la cabeza.
Ahora quiere probar con toda clase de posturas,
yo ya no puedo más ¡Que tengo aquí seis contracturas!
Me dijo un día; hazme tuya y átame a la cama,
voy a ser tu esclava, amárrame bien y haz todo lo que quieras.
Le até las manos a la cabecera y como ella dijo: Lo que yo quisiera,
estuve toda la tarde viendo al "gachón" cuando se tiró de la estratosfera.
666 Apunta el número del demonio,
666 Que compro almas de gaditanos,
666 Porque en las almas de la tacita
viven las locuras más bonitas y los más lindos pecados.
Y cuando me llevo alguna me vuelvo malo, malo, malo, malo, malo.

Capitán Drexler:
Qué talento, cuántas veces
me desbordó la emoción
en esta ciudad que tiene
la rima por religión.
Que en verso denuncia engaños,
que en verso ama y protesta,
y que una vez, cada año
hace del verso una fiesta

Agente del orden:
Pero aquí además del verso
también nos gusta la berza
y el jamoncito y el queso
y el vinito y la cerveza.
Que a ti el verso te disloca
y te resulta bonito,
pues jártate tú de coplas
hasta el Carnaval Chiquito.

Capitán Drexler:
El Carnaval de la calle
del que hablan en todas partes,
donde se aprende en detalle
la expresión "amor al arte".
Donde sin más pretensión
que cantar lo que se piensa,
el alma que este rincón
evapora, se condensa.
Donde hombres y mujeres
con los tipos más diversos
lucen sus superpoderes
de superhéroes del verso.

Canción 6 - Superhéroes del verso (Kiko Veneno)

Vuela tú mi hermana,
la paloma supermana,
mira que en la red
Spiderman te atrapa
Sobre la ciudad
da un salto tú muy grande
no dejes que el coste
de la vida te agarre.
Vuela, vuela, vuela,
tú no dejes de volar,
vuela por la mañana,
vuela hasta Carnaval.
Hierven ya las calles,
tiembla el Universo
y en los sótanos se entrenan
superhéroes del verso.
Suenan callejeras
bandas aguerridas,
lanzan cuplecitos
desde las guaridas.
Madres abnegadas,
no pierden la vez,
cosen sus disfraces,
guerra sin cuartel.
Vuela, vuela, vuela,
tú no dejes de volar.

(Entran dos personas de Negro llevando a Kiko Veneno como si volara)

Canción 7 - Volando voy (Kiko Veneno)

Volando voy, volando vengo,
en carnavales yo me entretengo.
Enamorao de Cái,
aunque a veces duela.
Si tengo frío busco candela.
Señoras y señores, sepan ustedes,
que es la flor de la noche pa' quien la merece.

Volando voy, volando vengo,
en carnavales yo me entretengo.
Enamorao de Cái,
aunque a veces duela,
yo no sé quién soy, ni lo pretendiera.
Volando voy, volando vengo,
en carnavales yo me entretengo.
Es que a mí me va mucho la marcha tropical
y los cariños de San Antonio me van,
y los cariños de San Antonio.
Volando voy, volando vengo,
en carnavales yo me entretengo.

Capitán Drexler:
Sintiendo así la llamada
de mezclar los sentimientos,
al mezclar arte con arte,
nació al azar el flamenco.

Y el Atlántico por medio,
de ir y venir la pureza,
un día, de una bodega,
nació un cante de ida y vuelta,
y el candombe y el tanguillo,
y mi murga y tu comparsa,
tu carnaval en el mío
y tú, abriéndome tu casa.
Tu casa es el castillo
medieval que se cimienta
sobre aquel circo romano
que ya ha perdido la cuenta,
con el paso de los siglos,
de todos los que han pasado:
los tartesios, los fenicios,
y otros muchos que han dejado
en cada piedra un suspiro,
un latido intermitente.
Cádiz es mezcla de mezclas,
la pureza está en su gente.
Los que han abierto su casa
para que venga en febrero,
con el orgullo y la suerte
de ser, hoy, su pregonero.
Y como el verso es mi casa,
yo aquí no soy forastero.
Mi patria es mi lengua y yo
ninguna otra patria quiero.
Y fue así como tu verso
se hizo un sitio en mis canciones,
se hizo con los corazones
de mi ciudad, se hizo encuentro.
Tu verso se hizo calor,
luego el calor movimiento...

Canción 8 - Todo se transforma

…luego gota de sudor
que se hizo vapor, luego viento
que en un rincón de La Rioja
movió el aspa de un molino
mientras se pisaba el vino
que bebió tu boca roja.

Tu boca roja en la mía,
la copa que gira en mi mano,
y mientras el vino caía
supe que de algún lejano
rincón de otra galaxia,
el amor que me darías,
transformado, volvería
un día a darte las gracias.

Cada uno da lo que recibe
y luego recibe lo que da,
nada es más simple,
no hay otra norma:
nada se pierde,
todo se transforma.

El vino que pagué yo,
con aquel euro italiano
que había estado en un vagón
antes de estar en mi mano,
y antes de eso en Torino,
y antes de Torino, en Prato,
donde hicieron mi zapato
sobre el que caería el vino.
Zapato que en unas horas
buscaré bajo tu cama
con las luces de la aurora,
junto a tus sandalias planas
que compraste aquella vez
en Salvador de Bahía,
donde a otro diste el amor
que hoy yo te devolvería.

Cada uno da lo que recibe
y luego recibe lo que da,
nada es más simple,
no hay otra norma:
nada se pierde,
todo se transforma.

Agente del orden:
La poesía a mí me encanta
y ese ritmo está muy guay,
pero estoy echando en falta
algo que me huela a Cái.

Capitán Drexler:
Pues te cantaré un tanguillo
que te vas a quedar muerto.
Me lo ha escrito un buen amigo:
Javier Ruibal, el de El Puerto.

(Entra Javier Ruibal y sale la banda del escenario)

Canción 9 - Tanguillo de Los Anticuarios (1905)

A mí me va el cachondeo
y aunque he nacido en Montevideo,
no pienses que soy un lacio,
como aquel tipo del Selu,
y a enamorarte despacio por Carnaval,
vengo yo del Río de la Plata.
Te traigo, niña, un barquito velero
en dónde dice ¡Viva La Viña!
Que febrero me queme en el corazón
de las Puertas de Tierra al Corralón.

Soy el "Pregonero del Año la Crisis"
y con mi apellido lo tengo difícil:
"Gorgue, Chester, Filter... o como prefieras",
pero yo me muero porque tú me quieras.
No creas que ha sido fácil lidiar con la levantera
para llegar a tu puerta y rendirte mi bandera.
Perdí las musas y el cielo y hasta aquella estatuilla
la que me dieron los gringos, por tu cariño la enterraría,
al fondo de La Caleta y yo contigo por la Bahía.

Agente del orden:
De verdad no lo esperaba
tengo que reconocerlo.
Esto me ha llegado al alma
te lo digo muy en serio.
Dame un abrazo, hermano,
porque tengo la certeza
de que tú eres gaditano
de los pies a la cabeza.
Por ganarte a la ciudad
con tu cariño y tu entrega
durante este Carnaval
¡Aparca donde tú quieras!
Pero jamás se te ocurra
bautizarte en La Caleta,
porque yo no he visto nunca
una cosa más cateta.

Capitán Drexler:
Y nos vamos acercando
al momento del final.
Debe morir el pregón
y nacer el Carnaval.
Recuerda a un montevideano
que un día dio tu pregón,
puso en el pecho su mano
y te entregó su corazón.
Lo digo sinceramente:
Estos meses para mí
son un antes y un después:
antes y después de Cádiz
o abreviando: a. C y d. C.
¡Se ha quedado en el tintero
por cantarte, Cádiz tanto,
que pronto, habrá que volver
y así volver a caer
rendido ante tus encantos!

Canción 10 - Cái, creo que caí

Desde hace un tiempo a esta parte,
me noto un poco cambiado,
llevo en el alma el perfume
de un nuevo viento salado.
Dejo elegir a mis pies
y se van por la Caleta
tarareando algún cuplé
con andares de poeta.
Mis amigos dicen que
no soy el lacio de antes,
que miro el mar y una alegría,
se me cuela por levante.
Disimulando, les digo,
que no será para tanto,
oro en verdad, ay de mí.
Cái, creo que caí,
Cái, creo que caí
rendido ante tus encantos.
Caí rendido a tus pies,
rendí tributo a tus besos,
como rindió todo el mar
desde Tiro hasta Tartessos.
Me fui siguiendo tus huellas
de sandalias milenarias,
me besaste y supe que
no tenías adversaria.
Cái, yo quiero que sepas
qué pienso cuando te veo,
unos piensan en La Habana,
yo pienso en Montevideo.
Le robaste el corazón
en treinta siglos a tantos
y hoy me lo robaste a mí,
Cái, creo que caí
rendido ante tus encantos.
Cái, creo que... creo que... caí.
Cái, creo que... creo que... caí.
Cái, creo que caí
rendido ante tus encantos.

Capitán Drexler:
Ya volveremos después
a soportar al gobierno
gocemos del Carnaval
que mientras dure, sea eterno.
Me voy porque ya empezó,
no quiero perdérmelo.
Píntense de mil colores,
dejen que el júbilo estalle.
Señoras y señores:
El Carnaval está en la calle.

Canción 11 - Y que empiece el Carnaval

Esta noche, me cambio hasta el apellido,
me entrego al latido de la fantasía
quemo en la Plaza de las Flores
los sinsabores de la pena mía,
los sinsabores de la pena mía.
Esta noche no hay santo que se resista
a una larga lista de maravillas.
Han visto a Dios por Macías Retes
con colorete en las mejillas,
con colorete en las mejillas.
Pido dos cosas, tan sólo eso,
todo el resto me da igual.
Que se abra tu boca en el beso
y que empiece el Carnaval.

(2013)






 
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