Esto no es una canción de desamor
Hoy no cantaré desde el rencor.
Esto no es un himno a la derrota.
No es una canción de desamor,
no saldrán puñales de mi boca.
Es verdad que a veces duele un poco.
Es verdad que cuesta acostumbrarse.
Reconozco que me vuelve loco
el futuro entre interrogantes.
No es una canción de desamor.
Si lo fuera, que este no es el caso,
haría una burda disección
de mi corazón hecho pedazos.
Mentiría diciendo que te odio,
rompería todos los espejos,
ardería nuestro dormitorio
con mis planes y conmigo dentro.
Yo que nunca supe despedirme,
tengo que aprender a retirarme.
Sabes bien que los finales tristes
tienen vocación de interminables.
Deja que me marche, desamor.
Deja que no extrañe tu tormento.
Hoy te escribo esta triste canción,
un regalo de último momento.
No es una canción de desamor.
No son versos para una elegía.
Sé disimular bien el dolor,
levantarme de entre las cenizas.
Y, aunque a veces me cubra tu sombra,
me sorprendo a veces sonriendo.
Reconozco que, cuando te nombran,
como un pajarito me hago el muerto.
No es una canción de desamor,
aunque a lo mejor me he equivocado.
No se gestionar bien el temor
de encontrarte en todos los abrazos.
Déjame que te sea sincero:
el dolor no dura eternamente.
Yo, a pesar de todo, te deseo,
vayas donde vayas, mucha suerte.