Con j de Joaquín
Ronca la voz de las tabernas,
pecado sin fronteras, derecho de admisión.
Doble con hielo y chulería,
Calle Melancolía, lo siento corazón.
Esta es la historia verdadera
del hombre calavera, del hombre do re mí.
Cuenta la gente de su barrio
que sueña inventa estravagarios
de noches sin dormir.
Tiene los cien ojos de Argos,
te quiere y, sin embargo, te quiere no querer.
Suenan sirenas donde suenan
sus cantos de sirenas con nombres de mujer.
¿Y qué harías si un día de aquellos diecinueve
-no me importa si llueve- te invito a mi país?
Valga mi guante la osadía
de duelo en esta fría república feliz,
con J de Joaquín.
Esta es la historia verdadera
del blues de mi escalera, así estoy yo sin ti.
Héroe de las curvas sin freno,
antídoto y veneno, pirata con bombín.
Huelga de amor y cocaína,
guitarra en las esquinas del don de la ebriedad.
Roma de todos los caminos,
aroma para el vino que no debes probar.
Cuenta la gente de su barrio
que tiene en un armario la musa del placer.
Flaco, si no fueras tan sabio,
te vendo un diccionario sin la palabra Ayer.
¿Y qué harías si un día de aquellos diecinueve
-no me importa si llueve- te invito a mi país?
Valga mi guante la osadía
de duelo en esta fría república feliz.
¿Y qué harías si un día de esas quinientas noches
-no te importe el derroche- te invito a sonreír?
Valga mi guante su alegría,
dime qué harás si la poesía ya no te ofrece garantías,
ni más verdad que su valía…
Te roba el mes de abril, con J de Joaquín.
Coda poética:
Joaquín: cien de catorce,
barbi superstar,
pleito de amor y rima,
que se llama Soledad.
La noche arde en sus suelas
a vuelta de correo,
caballo sin espuelas
toro sin ruedo.
Remiendo de guitarra,
Mandrágora y Joaquín,
Dieguitos y Mafaldas,
ni contigo ni sin ti.
Esta es la historia verdadera
de aquellas mil maneras
de hacerme tan feliz.
Sueña con Frida y con Chavela,
le pone a las banderas
el punto de la i.
¡Malditos y benditos!
¡Pirata del soneto!
Tú paga que yo invito, travieso de alfabeto.
Sonrisa escandalosa, con Lima y Rosa,
y nos dieron la una y nos dieron las dos,
y nos dieron las uvas
y salió el sol.
El que enseña a los maestros,
el que hace suyo lo nuestro,
el rojo del traje gris.
El diablo que no es tan viejo,
que sabe abrazar de lejos
con J de Joaquín.
Y en la noche quinientas
güisqui sin soda y una guitarra...
y una oda a la moda, codo en la barra.
No hay canción más hermosa,
canción de esquina,
que las mil que ha compuesto
Joaquín Sabina.