El país de los imbéciles
Se impregnan de dineros y tuteos,
con golpes en el pecho y con gomina,
les pierde la pericia en el puteo,
la herencia acorralada por la ruina.
Les pone la codicia del diario
y un cocodrilo verde en los calzones,
les quitas la etiqueta de empresario
y los harás llorar como aspersores.
Si este mundo está jodío yo te lo voy a arreglar:
desalojo de ladrones que nos roban las pensiones
y que aprendan a sudar.
Si este mundo se nos muere lo voy a resucitar:
que se vayan los cobardes y se queden los alcaldes
que representan la paz.
Se dan el privilegio de mentirnos,
cometen sacrilegio de ignorarnos,
comedia triste del bipartidismo,
sufragio universal de los agravios.
Sonrisa del que juzga cuando ríe,
si firmas sus papeles no te fíes.
Felices rascatripas metebaza,
mentira del que asfixia cuando abraza.
Si este mundo está jodío yo te lo voy a arreglar:
desalojo a los ladrones que nos roban las pensiones
y que aprendan a sudar.
Si este mundo se nos muere lo voy a resucitar:
que devuelvan los millones del rescate de inversiones
que pagamos los demás. ¡Currantes!
Mejor cerrar un bar que abrir un libro,
mejor futilidad que desprestigio,
contactos despechados en el WhatsApp,
pechitos operados en su casa.
Veranos bajo el sol tonto de Ibiza,
las risas relucientes de las fotos,
los fondos reservados en Suiza,
los coches oficiales y las motos.
Si este mundo está jodío yo te lo voy a arreglar:
desalojo a los ladrones que nos roban las pensiones
y que aprendan a sudar.
Si este mundo se nos muere yo tengo la solución:
que claudiquen los patriotas nos tomas por idiotas
y que gobierne el amor.
¡Y que gobierne el amor!