Porque nadie me contará sus sueños,
porque todo es urgente y nada se acaba,
porque lo que puedas decir ya lo lleva el diario,
porque ya nos veremos, que no tengo tiempo ahora.
Me invento sólo un amigo para hablar,
para recordar recuerdos, viejas historias,
para reencontrar lo que en la ciudad se pierde
entre neones, el tráfico y las nieblas.
Paseo hoy haciendo esfuerzo de memoria
sobre el asfalto impasible y negruzco:
la voluntad de raíces, mucho más presente
que la nostalgia de origen oscuro.
El verde suave de los pinos lamidos de lluvia,
la justa voz que me hace palpar las horas,
la voz del viento, oh música olvidada,
el gusto salado de la vida y la mar.
Porque nadie me contará sus sueños,
porque todo es urgente y nada se acaba,
porque lo que me puedas decir ya lo lleva el diario,
porque ya nos veremos, que no tengo tiempo ahora.
Me invento sólo un amigo para hablar,
para recordar recuerdos, viejas historias,
para reencontrar lo que en la ciudad se pierde
entre neones, el tráfico y las nieblas.
Yo sé que alguien me puede decir que no me adapto,
que me cuesta mucho perder el dialecto,
que no me esfuerzo nada en asimilarme,
que no quiero olvidar que soy de pueblo.
Que voy idealizando mi infancia,
que le pasa a mucha gente en la treintena,
que todo eso no tiene mucha importancia,
que el mundo está hecho de toda clase de gentes.
Porque nadie me contará sus sueños,
paseo hoy haciendo esfuerzo de memoria:
el verde suave de los pinos lamidos de lluvia,
me invento solo un amigo para hablar.
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