Luís Emilio

Cansados de su agónica miseria
Van tomados de la mano
Los que con derecho a nada
Cargaron con la cruz y con el látigo
Cayéndoles con furia
De alguacil y de sotana

Cansados ya de inclinar la cabeza
Cansados ya de contener el hambre
Cansados ya de tanta prepotencia
Cansados ya del cepo y de la sangre

Peregrinando el desierto
Van resistiendo el acoso
Van con el puño resuelto
Desafiando al poderoso
Van desatando la historia
Hombres, mujeres y niños
Y en el frente, honor y gloria
Brilla hermoso Luís Emilio

Cansados de guardar sacro silencio
Van hermano con hermano
Por el fuego entrelazados
El fuego que proclama un tiempo inédito
De libertad, justicia, pan,
De sueños realizados

Cansados de pedir ayuda al cielo
Cansados de la espera impotente
Cansados de llenar el saco ajeno
Cansados de hacer rico a aquel de siempre