La misma senda

¿Qué perdí, qué gané,
cuántos mundos hubo en mí?
¿Qué apagué, qué encendí,
qué me queda por vivir?
Qué caminos no seguí,
cuántos ríos no nadé,
cuántos mares no surqué,
cuántos cantos no canté,
qué plenitud no logré,
qué cariño defraudé,
qué labios nunca besé,
qué confianza asesiné.

¿Qué perdí, qué gané,
cuántos mundos hubo en mí?
¿Qué apagué, qué encendí,
qué, qué me queda por vivir?
Qué distinto hubiera sido
mi paisaje si aquel día
no atravieso aquella puerta,
qué sería de mi luna
si no miro a la ventana,
dónde estaría mi playa
si aquella marea plena
nunca hubiera sucedido.

¿Qué perdí, qué gané,
cuántos mundos hubo en mí?
¿Qué apagué, qué encendí,
qué me queda por vivir?
Hoy ya no tengo manera
de volver hasta el principio,
aunque, a lo mejor, si vuelvo
otra vez hasta el inicio
escojo la misma senda
angustiosa y turbulenta,
espinosa y silenciada
por donde aún sigo andando.

¿Qué perdí, qué gané,
cuánto de infame hay en mí?