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Esta canción, titulada por Violeta «Los hambrientos piden pan» es conocida póstumamente como «La carta». La detención de Roberto tuvo lugar durante la represión policial contra la población santiaguina José María Caro, Comuna Lo Espejo, el 19 de noviembre de 1962, en la convocatoria a paro nacional de la Central Única de Trabajadores.
Me mandaron una carta
por el correo temprano.
En esa carta me dicen
que cayó preso mi hermano
y, sin lástima, con grillos,
por la calle lo arrastraron, sí.
La carta dice el motivo
que ha cometido Roberto:
haber apoyado el paro
que ya se había resuelto.
Si acaso esto es un motivo,
presa también voy, sargento, sí.
Yo que me encuentro tan lejos,
esperando una noticia,
me viene a decir la carta
que en mi patria no hay justicia:
los hambrientos piden pan,
plomo les da la milicia, sí.
De esta manera pomposa
quieren conservar su asiento
los de abanico y de frac,
sin tener merecimiento.
Van y vienen de la iglesia
y olvidan los mandamientos, sí.
¿Habrase visto insolencia,
barbarie y alevosía,
de presentar el trabuco
y matar a sangre fría
a quien defensa no tiene
con las dos manos vacías?, sí.
La carta que he recebido
me pide contestación.
Yo pido que se propale
por toda la población
que "El León" es un sanguinario
en toda generación, sí.
Por suerte tengo guitarra
para llorar mi dolor;
también tengo nueve hermanos
fuera del que se engrilló.
Los nueve son comunistas *
con el favor de mi Dios, sí.
Primera versión, de Canciones reencontradas en París.
En la versión de Antología Violeta Parra (2012) las estrofas 5 y 6 cambian de lugar.
* En Antología Violeta Parra canta "los nueve son izquierdistas".
Quilapayún en todas sus versiones omite la cuarta estrofa e introduce algunos cambios: "y sin compasión, con grillos, / por las calles lo arrastraron, sí", "presovoy también, sargento, sí", "la carta que me mandaron" y, en la última estrofa: "Por suerte tengo guitarra / y también tengo mi voz, / también tengo siete hermanos / fuera del que se engrilló, / todos revolucionarios / con el favor de mi Dios, sí".
Mercedes Sosa sigue la versión de Quilapayún.
Ángel Parra en su versión de Canto a la victoria canta las estrofas en el orden 1-2-5-4-6-3-7 y canta, tal como Quilapayún, en la última estrofa "todos revolucionarios". En ambas versiones dice en la segunda estrofa: "la carta dice el delito".
Isabel Parra canta las estrofas en el orden 1-2-5-4-7-6-3. Canta "y sin compasión, con grillos", "presavoy también, sargento, sí", y, en la estrofa 7: "Por suerte tengo guitarra / para cantar mi dolor, / también tengo más hermanos / fuera del que se engrilló, / los nueve son comunistas / con el favor de mi Dios, sí".
Víctor Jara canta Somos cinco mil, el poema que escribió durante su detención en el Estadio que ahora lleva su nombre, horas antes de su asesinato; todo esto gracias a una inteligencia artificial que ha intentado captar la esencia de su voz y de su obra.
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