El martirio de San Sebastián

La Biblia abierta entre las flores
de un domingo iluminado
bien cuidada por el perro
que ya no come en al patio,
bien cuidada por el perro.

En segundo plano una señora
que pasó encerando
pues te despertó temprano
cantando bajito un salmo,
pues te despertó temprano.

Era muy malo y cruel,
el ángel lento fue engordando.
Vas a morir de amor
si es que no muero yo esperando.

"Ven a él pecador, ven a él..."

Y yo que siempre estoy colgado
de un tobillo a pie pelado
pienso en el martirio de San Sebastián
y en su costado
yo que nunca me hube confesado.

Entonces el que está colgado
puede así pedir tu mano
siempre y cuando el ángel me encuentre rezando
siempre y cuando el perro no tenga un reparo.