La anomalía que supone el Barnasants se ha hecho más y más grande: tenemos un escaparate consagrado a músicas sensibles que ya no se cuela en nuestra agenda por una rendija, sino que ocupa un espacio central en los inviernos barceloneses. Celebrémoslo, ya que los altavoces de las músicas ajenas a las corrientes dominantes no abundan, y el Barnasants ha hecho crecer lo suyo sin alimentarse de los grandes nombres de consumo y, al mismo tiempo, sin aura alternativa; como una isla de creación.
Es bueno, sin embargo, que un festival viva en permanente estado de crisis, entendiéndola en positivo, como alerta creativa. Hoy, la etiqueta de canción de autor no tiene las mismas connotaciones de lo que hace una, dos o tres décadas. La sensibilidad poética no es patrimonio exclusivo de ningún género musical y, por eso, el Barnasants tiene la oportunidad de abrazar propuestas que podemos continuar calificando como de autor y con la cual, a pesar de las raíces diferentes, tiene muchas cosas en común.
¿Cómo imagino mi Barnasants ideal? Lo veo trabajando en sintonía con los narradores hijos de la cultura pop, renovando su apoyo a los creadores catalanes emergentes, elaborando complicidades con las culturas vecinas (no sólo la española y latinoamericana; también del ámbito europeo), y estimulando, como siempre, la creación libre, "sin dios ni amo ", como cantaba Léo Ferré. Adelante.
La cantautora catalana Lia Sampai, originaria de las Terres de l'Ebre, se encuentra en la antesala del lanzamiento de su tercer álbum de estudio Un Delta fràgil, previsto para el 18 de abril y del que acaba de presentar su segundo single.
La trovadora chilena Elizabeth Morris emerge una vez más con su nuevo trabajo, Los ojos del corazón, un álbum que refleja un proceso creativo de introspección y madurez artística.
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