Niño viejo


Me encantaría decidir
mi suerte con una moneda,
pero soy más de escribir
pros y contras en la tierra.

Hasta que llega el chaparrón
y me la pela el dolor.
Me camuflo con el barro
y pongo rumbo al rocanrol
canturreando algún bolero.

Yo siempre seré un niño viejo.
Siempre dispuesto a aprender,
siempre muerto de miedo.


Acostumbrado a frecuentar
la noche como compañía,
busqué un amor en cada bar,
y en los puertos, melancolía.

Pero no supe dormir sin encender la luz
y aprendí a escribirme cuentos
para que los cantes tú,
mientras me abrazas en sueños.

Y sin más bastón que un juguete
aprendí a crecer.
Volviéndome loco hasta comprender
que sólo soy lo que siento.
Y por fin logré olvidarme contigo de mí.
Y aspiro a ser libre hasta sonreír.
Como un bebé con su abuelo,
volando cerca del suelo.


Autor(es): Rafa Pons