Vagabundo


Un demonio ha escupido en la sopa,
todas las cuerdas están desafinadas.
Horas dulces demasiado escasas,
viejas melodías silban música.

Vino y rosas en el bar Melancolía,
mis ojos se despiden del tesoro
desde el tejado
de la barrera
de la frontera
adiós mi barrio.

No dejaré aquí mi corazón
como se cuenta en las cartas de amor,
no, no amo a una sola mujer,
en cambio sí que amo al amor,
habitual espíritus de confianza
plenas vagabundo de tierras.
Ninguna meta alcanzada era una meta,
y cada camino
era un rodeo.

Cada descanso
un recuerdo
nuevas nostalgias,
en resumen,
en este sitio no trabajo
soy vagabundo voluble e inofensivo.

Jamás sería serio
sería sibarita
gandul y borracho,
obsesionado con las mujeres
ya poeta y actor
ya con el pobre corazón
y enfermo de dolor,
enfermo de dolor,
enfermo de dolor,
enfermo de dolor.