Saber a mar
fatigado por las piedras del camino,
y aceptando tu derrota te detienes
y empiezas a recordar.
De aquel día en que viraste a tu destino
y encontraste en el viaje un nuevo mundo.
Te permitiste ser tú mismo en un momento,
sólo un instante quizás.
Ese instante que navega hasta el presente
y te enfrenta al mismo reto recurrente
ha venido en este instante a recordarte
que hay que volver a intentar.
Las cosas que un día pensaste que ahora pasadas ya quedan atrás,
los ecos del lapso de un tiempo vivido y pasado en que supiste amar,
sugieren, de nuevo, dejarse llevar.
Con la fuerza del recuerdo ya presientes
que tu vida va a cambiar de rumbo ahora.
Y te aferras al timón con esperanza
ya has vuelto a despertar.
No te importa lo que traiga la marea
porque tienes la certeza de ti mismo
de que sea lo que sea lo que venga
ya no te vas a parar
Las cosas que un día pensaste que ahora pasadas ya quedan atrás,
los ecos del lapso de un tiempo vivido y pasado en que supiste amar,
sugieren, de nuevo, dejarse llevar.
Y echarse a volar