Las carolinas


Para el turista en la ciudad, es una esquina para el señor de la oficina un papel como un check-point entre israel y palestina sobre el que opina el concejal y el conseller nos dedicamos a la venta de aspirinas de papelinas y de american express desayunamos en el bar la escabechina y retratamos nuestra ruina en la pared somos de un barrio al que llamar las carolinas, collares de perla fina, traficamos con cartón y adrenalina, igual robamos gallinas que granitos de cartón que sacos de harina y nos llaman con razón los locos de la colina. Carolinero que despachas gasolina, carolinera la que vendes tu calor. Que los demás piensen por ti es la rutina que contamina el ruido de tu corazón. Carolinera la que duermes clandestina, la que en la vida tuvo rey patria ni dios, recuerda el viejo del lugar la guillotina, cambió de clima pero no cambió de amor.


Writer/s: Sergio Cifuentes