Plegaria a la Virgen del Cobre
paz de tempestad surgida.
En mis ojos detenida,
eres alivio de penas
y fe de mi alma prendida.
Madre de Dios,
ven a verme.
En tu nombre es realidad
la palma real y el sinsonte;
mi mar, mi cielo, mi monte,
brisa de simple verdad.
Virgen de la Caridad,
Madre de Dios,
ven a verme.
Sea mi plegaria el río
que va camino a tu pecho.
Mi corazón sea tu lecho
y tu intenso amor mi brío.
Ven a verme, Madre,
Virgen de la Caridad,
Madre de Dios,
ven a verme.
Baña tu luz mi cuerpo,
purifica mis heridas,
ampara mi leve vida,
acompáñame en la muerte.
Virgen de la Caridad,
Madre de Dios,
ven a verme.
Writer/s: Silvia Rodríguez Rivero, José María Vitier