Maitia nun zira
¿Dónde estás, amada mía? No te veo, ni tengo noticias tuyas,
¿dónde te has perdido? ¿Acaso ha cambiado tu designio?
Me dijiste, una y otra vez que eras mía.
Soy la de siempre, no he cambiado, mi corazón decidió amarte a ti.
Un padre celoso ha provocado esto.
Él me priva de verte y hablar contigo.
Padre celoso, mandas a tu hija, como si huyese de mí, a ese convento.
De todos modos no ingresará monja. Mantenemos nuestra palabra,
nos hemos prometido, es la pura verdad.
Ven a verme cabalgando en tu caballo, ven a consolarme,
a escondidas de mi padre. Tengo cumplidos veinticuatro años,
dentro de otro más, ya no tendré que preocuparme de mi padre.
A todas las hijas les digo: "fijaros en mí, haced lo que yo os digo.
Mientras son jóvenes, la disciplina es buena!
Cuando sean mayores, será tarde entonces; bien que lo sé".
Writer/s: Popular vasca